Hace casi un año leí en una revista un artículo donde hablaban acerca de la maravillosa escuela GAPP y me convenció de tal manera que decidí inscribirme en la Maestría de Repostería Fina. Había lista de espera para el curso porque es muy solicitado y no fue sino hasta octubre que pude comenzar y debo decir que hasta hoy no he dejado de sentirme feliz y de divertirme cada vez que voy a clases, no sólo porque se que en cada clases aprendo cosas más increíbles del maravilloso arte de la Repostería, sino que mis compañeros y mi profesora Eladia Ayala son excelentes personas.La escuela es un lugar pequeño y acogedor, donde además se combinan los olores de los panes y las tortas recién horneados con los de postres y chocolates que allí se preparan, una delicia... , sin lugar a dudas en GAPP a todos los que estudiamos allí nos hacen sentir como en casa, por la confianza que nos ofrecen a todos y porque sus profesores tienen una gran vocación y amor por lo que hacen.
Mis compañeros y mi profesora Eladia han llegado a ser algo así como mi familia repostera, tanto así que hasta me regalaron la torta más hermosa de bodas que había soñado para ese día, algo que nunca olvidaré!
Durante los meses que he estado en la Maestría de Repostería, los sábados se han convertido en mi día preferido de la semana.
